
Hace unos días preparé un regalo muy especial para una amiga: mil grullas de papel.
Basé esta idea en una preciosa leyenda japonesa que dice que, si una persona dobla mil grullas, los dioses le concederán un deseo o buena fortuna. También se asocia a la paz, la salud y los nuevos comienzos. Me pareció una forma única y significativa de decirle cuánto la valoro y de desearle todo lo mejor.
“Mil grullas de papel pueden conceder un deseo.”
No voy a mentir: doblar mil grullas es un proyecto que requiere mucha paciencia, pero también es casi meditativo. Cada pliegue se convierte en un pensamiento, un deseo, una intención.

Me encantó ver cómo todas juntas creaban algo muy hermoso. Las presenté en un jarrón de cristal, acompañadas de una nota que explicaba la historia.
🕊️ Si te animas, puedes empezar con una sola. Quién sabe, quizá termines completando las mil.
Este tipo de regalos hechos a mano nos conectan con el arte, la paciencia y las emociones. A veces, lo más sencillo tiene el valor más profundo.